jueves, 28 de julio de 2016

Hipocresía nivel Echenique

Es irónico ver cómo los salvapatrias que iban a redimirnos del capitalismo neoliberal y de la derecha cáustica caen en las mismas artimañas de sus declarados enemigos. Resulta cuanto menos irónico, por no decir lamentable, ver cómo Pablo Echenique, paladín de Podemos desde su cómodo asiento en las Cortes de Aragón y a la par Secretario de Organización del partido morado, uno de los tantos que iban a salvarnos del apocalipsis marianesco, caiga en las mismas arenas movedizas que los jerarcas de puro y chistera.

Y es que la malvada prensa facciosa, que dirían nuestros correligionarios de Podemos, ha desvelado que Echenique mantuvo a un empleado del hogar sin contrato y sin cotizar a la Seguridad Social durante un año. Y mientras tanto, hace apenas dos meses, nos iba dando lecciones de magmánima humildad con jocosas frases y rotundas sentencias tales como que "es una vergüenza que tengamos a cuidadoras sin pagarles la Seguridad Social". Así, by the face. Porque él lo vale. 

Nuestro querido Echenique, el mismo que declaraba que "hay que estirpar las malas hierbas" cuando se refería a las pugnas internas dentro de su formación, como buen amante de la política de amor de Lavrenti Beria, reconoce que "no hizo las cosas bien"., pero no hizo nada por enmendarlo porque no tenía tiempo, no le apetecía o vayan ustedes a saber. Y no solo eso, sino que pone de excusa la "situación de la gente humilde que recurre a la economía sumergida", porque su sueldo de diputado por las Cortes de Aragón solo le da para masticar las suelas de los zapatos.

Entre tanto, y para variar, su habitual 'troupe' aplaude con las orejas. Para sus acérrimos seguidores la culpa es del sistema, de la Ley de Dependencia, del establishment, del Ibex-35 o de los masones. Cualquier excusa es válida para no reconocer la verdad que les estalla delante de sus narices: que uno de los suyos, uno de los mesías redentores, de esos chulainas que venían a salvarnos del desastre, como maná caído del cielo, cometía los mismos tropeles que cualquier otro político, como cualquier españolito de a pie. 

Con la salvedad de que el españolito de a pie al que el propio Echenique recurre a modo de excusa no percibe un goloso salario de diputado que infla su cartera como la de un buen progresista de salón de té. Ni tampoco se presenta como mágica solución a los problemas sociopolíticos de una sociedad harta de trapicheos y corruptelas que el propio Echenique usa para burlar los pagos a la Seguridad Social. Todo ello sumado al agravante de la desfachatez y la hipocresía de quien se proclama defensor de los derechos de los trabajadores y luego, cuan mamporrero de la nueva casta política -"meet the new boss, same as the old boss", dice Pete Townshend-, es el primero en tener a un trabajador en una situación irregular. Con un par. Y sin que se le inmute un solo pelo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario